Esta semana
tengo un tema muy interesante y es el del perdón, esa actitud que para muchos
de nosotros es difícil de trabajar, especialmente cuando se trata de
perdonarnos a nosotros mismos, bien por dejar en el país de origen a todos
aquellos que contaron y pensaban contar con nuestra presencia de por vida, bien
por no lograr dar el 100% de nosotros mismos a aquellos que hoy en día
conforman nuestra realidad, bien porque fuimos cada uno de nosotros quien
decidió ponerse en la situación actual sin que fuese otro quien nos raptara,
nos embaucara o nos obligara a seguirle o incluso porque, no, en el caso de
considerar que nos hemos puesto en peligro una o muchas veces de forma física o
mental por decisión propia.
Por ello,
muchos de nosotros no nos consideramos dignos de ser felices, respetados o
valorados por lo que realmente somos, llegando a sentir que nunca se podrá
alcanzar la vida ideal. En ello influyen nuestras creencias, ideologías,
religión, historia, sociedad y cultura de tal forma que perdonar al otro o a nosotros
mismos se nos dificulta de verdad.
El objeto del
perdón necesita de todo nuestro esfuerzo para romper ese vínculo destructivo
que puede torpedear nuestra relación con los demás, con nuestros objetivos,
nuestra salud y nuestro bienestar, aumentando la esperanza, la autoestima y la
satisfacción, logrando aunque suene extraño, reducir la depresión
No se trata de
perdonar para olvidar sino de perdonar para crecer y seguir adelante dejando
atrás el dolor y el enojo contra el considerar que hemos podido haber hecho
daño a otros o a nosotros mismos con nuestras decisiones o que alguno de ellos
nos haya podido hacer algún tipo de daño a nosotros o a los nuestros con las
suyas, modificando las ideas y los sentimientos negativos, reconociendo que
esas situaciones no superadas están minando nuestras estrategias futuras para
ser feliz.
La idea está en
evaluar el significado de las decisiones o de lo ocurrido, reencuadrar los
sentimientos, las ideas y el contexto desenganchándonos de todo lo que nos
impide ser más generosos, tolerantes, creativos y decididos ya que la energía
de nuestra mente la podemos redireccionar de la mejor manera dejando de estar
anclados en un momento del pasado que aunque suene redundante "Ya
pasó".
Perdonar
conlleva siempre modificar nuestros propios sentimientos dejando atrás de
alguna forma hasta las motivaciones más inconscientes de automaltrato,
automaltrato por haber tomado una o varias decisiones que muchos consideramos
finalmente fueron quizás equivocadas y ello hace que perdonar incluya cambios
sustanciales conscientes o que de alguna manera deberemos entrar a conocer y a trabajar.
Al perdonar o
perdonarnos estamos aprendiendo a ser más benevolentes con los otros y con nosotros
mismos, estamos rompiendo con un pensamiento continuo oculto o no que no nos
deja avanzar, la culpa distorciona nuestro pensamiento, genera atribuciones
falsas, aumenta la autocrítica de forma destructiva y produce ansiedad y
depresión; entonces, que estás esperando para ponerte en paz contigo y los
demás? reevalúa tus expectativas, tus valoraciones, relájate, afronta,
redirecciona tus imaginarios y actúa.
Gracias , buenìsimo...lo divulgaré en los site de migrantes.
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