Hay un tema que ni siquiera
hemos tenido tiempo de abarcar y es el hablar sobre la construcción de una
pareja binacional, la educación de los hijos, las relaciones con la familia
política, las diferencias infranqueables de lengua, religión, costumbres y
valores por ejemplo, cuando ya debido a situaciones vividas por varios de mis
pacientes me veo motivada a escribir sobre el temor a la confrontación de los
tiempos difíciles, como el arribo de una tercera persona que logra terminar con
la relación, el divorcio como única
solución ante los desacuerdos o por el peso de los años en la convivencia de
diferencias culturales importantes o el fallecimiento de la pareja procedente del país de acogida, y las nuevas implicaciones que cada una de estas situaciones conllevan en nuestro futuro.
Es allí donde se debe mirar con
fortaleza el nuevo escenario y buscar como afrontarlo con el apoyo de todos
nuestros recursos personales, profesionales, intelectuales y sociales. He visto
mujeres resilientes que a pesar de un divorcio han logrado sacar adelante a sus
hijos y su profesión en otra lengua, otras latitudes y espacios que en un
momento dado le fueron ajenos.
Reconozco también algunas que
han decidido terminar con su relación, tomar a sus hijos dentro de acuerdos
amistosos con su pareja y han regresado a su país para construir desde cero y
sin vida crediticia un mundo mejor para ofrecerles lo que nunca se logró en ese
otro país de migración.
No es ni será fácil pero
partamos de la idea que se cuenta con la libertad y la capacidad de decisión
basados en nuestros conocimientos previos, las herramientas adquiridas y las
fortalezas que llevamos en nuestro código genético o que hemos aprendido a
través de nuestro crecimiento por modelamiento principalmente al aprender día a día de todos los demás.
A cada una de estas personas les
tomó un tiempo tomar aire, respirar profundo, llenarse de energía, afrontando
la realidad, amplificando su campo visual, siendo creativos y flexibles,
aumentando el repertorio de sus conductas regulares, aprendiendo a tolerar el
dolor y la resistencia ante la adversidad en búsqueda de un nuevo bienestar
dentro del desarrollo de nuevos estilos de afrontamiento, modelos sociales
constructivos, la motivación, la autonomía, una buena capacidad de
planificación, iniciativa, responsabilidad y bajo cierta capacidad de riesgo,
manteniendo siempre la esperanza y el optimismo ante las nuevas metas que se deben forjar.
Reconocer de manera
más rápida y adecuada sus nuevas posibilidades, aprovechando sus redes sociales
y la realidad social, cultural y económica según las nuevas necesidades familiares, profesionales, sociales y comunitarias, permitieron ese logro mayor. Así que aún cuando temas estar en la misma
situación, piensa que tantas otras personas como tú lo lograron, que no
estás solo o sola y que tú también lo vas a lograr!
Hasta una próxima entrega.
Toda la razón, con respecto al tema de la migración, comenzar en otro país tiene muchas caras y no todas sonríen. Es cosa de tiempo, sacrificio y perseverancia, lo estoy viviendo en carne propia y no le recomiendo a nadie pasar por esto.
ResponderEliminarMuy cierto...buen aporte
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