Ante todo mil disculpas por el
abandono en el que he tenido el blog desde el mes de abril pero para ser
sincera, una de las fortalezas de la virtud del "coraje" que es la
"persistencia", me ha mantenido alejada por un tiempo largo de
nuestro espacio de diálogo.
Como profesional en el área de la psicología,
las circunstancias de la vida hicieron que un desastre acaecido a finales del primer trimestre del año en
suelo europeo alternara el rumbo de mi área profesional con otro campo que es de mi conocimiento y experticia, el de la psicología de emergencias.
Allí tuve el deber y el privilegio por tres meses de lograr a cabalidad la tarea que me fue encomendada como lo mencionó mi jefe de misión, de llevar "un momento de paz" a los familiares de los fallecidos en uno de los tantos accidente que desafortunadamente están ocurriendo en nuestro planeta últimamente. Al finalizar con este deber quise entonces hacer un intento por regresar a mis actividades cotidianas en el tema migratorio, pero aún así, la vida nuevamente me trazo un nuevo reto, ya que cuando me disponía a retornar a mis actividades terapéuticas, una vez más, ella, la vida, me ofreció otra lección de templanza, al tenerme que llenar de paciencia, fortaleza y nuevamente "persistencia" al enfrentar una cirugía de la cual me encuentro a punto de superar solo hasta ahora, el tiempo de convalecencia.
Allí tuve el deber y el privilegio por tres meses de lograr a cabalidad la tarea que me fue encomendada como lo mencionó mi jefe de misión, de llevar "un momento de paz" a los familiares de los fallecidos en uno de los tantos accidente que desafortunadamente están ocurriendo en nuestro planeta últimamente. Al finalizar con este deber quise entonces hacer un intento por regresar a mis actividades cotidianas en el tema migratorio, pero aún así, la vida nuevamente me trazo un nuevo reto, ya que cuando me disponía a retornar a mis actividades terapéuticas, una vez más, ella, la vida, me ofreció otra lección de templanza, al tenerme que llenar de paciencia, fortaleza y nuevamente "persistencia" al enfrentar una cirugía de la cual me encuentro a punto de superar solo hasta ahora, el tiempo de convalecencia.
Y es esta
"persistencia" la que quiero recordar hoy, pues como migrantes nos
vemos avocados a desarrollarla día tras día, bien con el ánimo de generarnos un
espacio vital que cubra todas nuestras necesidades básicas (abrigo,
alimentación, salud, empleo), bien para poder entreteger una red social que nos
permita formar parte de un entorno cercano y de primera mano conformado por
personas que puedan entendernos, escucharnos y hasta ayudarnos en caso dado;
pesistencia para lograr expresarnos satisfactoriamente en otro idioma o para
lograr el reconocimiento o el aporte que queremos hacer a la humanidad de forma
tan anhelada como seres humanos.
Esta persistencia a veces se
nutre de condiciones externas como la necesidad de ayudar a otros y algunas
veces se abastece de condiciones internas como el deseo de reponerse física o
mentalmente al 100% de las vicisitudes a las que nos vemos expuestos. Esa misma
persistencia, puede ser también global o estable, como el intento que llevamos
a cabo día a día por hechar raíces definitivas en ese nuevo territorio que
alguna vez nos fue totalmente desconocido y que hoy casi que podríamos definir como
nuestro nuevo espacio de vida, o bien puede ser definida esa persistencia como circunstancial
o específica al buscar dar lo mejor de nosotros mismos ante una meta específica como es la de
llevar alivio a otros o poder protegernos a nosotros mismos.
Finalmente, persistir no implica
buscar la perfección sino proporcionar lo mejor de sí mismos reconociendo
nuestros límites y capacidades, pero enfocados en cumplir de la mejor manera
nuestro cometido con sabiduría y conocimiento, entonces mi reflexión de hoy me
lleva a preguntarte si ¿te has felicitado o te has detenido a pensar alguna vez,
por o en, lo gran persistente que has sido contigo mismo y con tus metas?
Si no, te invito a que lo hagas,
te felicites y te reconozcas por todo lo que has logrado y todo el deber que
contigo mismo has cumplido.
Hasta la próxima.