Hoy en día muchas de
las políticas de integración están haciendo énfasis especial en cuatro ámbitos
que intentan lograr la inserción social de nosotros, los migrantes, estos son
el ámbito educativo, de salud, de vivienda, y el laboral, siendo este último el
que actualmente nos permite en cierta medida de manera jurídica, social,
política y económica, insertarnos de manera pronta a los otros ámbitos en
mención pero considero yo, que se falla al pensar que es el ámbito laboral el
principal factor para lograr una integración social como lo están proponiendo
muchos de los nuevos programas de integración.
Quizás sea el ámbito
laboral, el de mayor ¨inserción¨ y facilitación con relación a los campos
educativo, de vivienda y de salud pero también considero que este no es el
principal o el más importante para lograr finalmente una adecuada
¨integración¨, especialmente cuando se pretende definir el verbo ¨integrar¨
como el lograr una convivencia social razonada y crítica.
No se debe olvidar
que para que exista realmente una integración es necesario que se de una
recíproca acomodación entre el local y el migrante, un respeto mutuo de valores
y principios, siendo primordial conocer la lengua, la historia y las
instituciones del país de acogida y en donde es claro que el trabajo es un
factor determinante y central de participación pero no necesariamente son estos ámbitos los
que proporcionan plenamente un adecuado proceso de ¨integración¨.
La integración real como
tal, recurre globalmente a otro tipo de teorías que a mi parecer son más
relevantes como lo es por ejemplo, la del fomento de redes sociales que acojan
adecuadamente al recién llegado y las cuales terminan siendo fundamentales a la
hora de involucrarse y adaptarse realmente a un nuevo contexto.
En este aspecto, la psicología individual supone que la felicidad y el
éxito están ampliamente relacionados con las interacciones sociales en
comunidad, de allí que sea necesario para poder integrarnos adecuadamente,
reorganizar y reconsiderar algunas de nuestras actitudes, creencias, metas y
conductas, promoviendo nuestro compromiso y motivación hacia la realización
personal en sociedad.
Solo el propio hombre es quien está en capacidad de influir directamente
sobre sus pensamientos, sentimientos y acciones. La posibilidad de programarnos mentalmente
de manera colectiva basados en estas redes sociales, contribuye de hecho
al propio reconocimiento, pertenencia y posibilidad de fomentar el sentido de
pertenencia a la sociedad de acogida como claves de la identidad y del bienestar
personal.
Así pues, no hay mayor
determinación a la hora de integrarse socialmente que la del propio individuo
por voluntad propia, yendo así un paso más allá de la crítica constante a las
políticas de integración que actualmente se hallan más enfocadas a lograr
insertarnos que integrarnos en su sociedad.
Publicada esta entrega y con la intención de disfrutar las vacaciones realizando un nuevo recorrido por otras tierras lejanas, me despido hasta el mes de septiembre y les deseo todo lo mejor.
+Mónica Riveros
www.online-psicoterapia.com
@psico_Migrante