Una de las
comentaristas del blog anterior me ha dado tema para esta tercera entrega, y la
voy a dirigir hacia algunos efectos secundarios psicológicos y otros
fisiológicos de la migración.
Para comenzar,
quiero exponer un contexto bastante curioso y es como puede ocurrir que algunas
veces desde el principio, aún cuando no siempre, nos encontraremos con algunas
barreras que se daban en nuestros países de origen y que han cruzado fronteras,
lamentablemente, algunas de ellas son por ejemplo, el mantenimiento de las
estratificaciones sociales, los esquemas de poder, el individualismo, la
xenofobia, la discriminación y el temor o recelo hacia lo y los desconocidos, estas
barreras no son solo inherentes a nuestra cultura latinoamericana sino que también
fluyen por doquier.
Muchos hubiesemos
querido encontrarnos al ingresar al país de acogida, con gente amable, alegre,
colaboradora o de buen corazón, pero estas características no las vamos a
encontrar siempre y desde el primer momento a flor de piel en el nuevo país;
así que déjenme aconsejarles que se debe estar preparado para lo que pueda
ocurrir.
Muchos migrantes
me han contado como fue su primera experiencia con la policía de migración, con
su familia política, con el vecino o hasta con un chofer de un bus y aquí el
consejo es que lo importante a ese punto es que no lo asumas como un asunto
personal, piensa que tienes en frente un personaje que está cumpliendo con su
deber para bien o para mal y nada más.
Claro! sé que
estarás pensando que estas barreras universales influyen y disminuyen nuestra
energía positiva o que pueden hacernos sentir impotentes al querer interactuar,
todo eso es verdad! y si adicionalmente, le anexamos que ya para muchos de nosotros es bastante difícil
intentar hablar en otra lengua pues la energía queda algunas veces disminuidas
a su menor expresión.
El problema a este punto es que, para algunos de nosotros desde pequeños, nuestros propios compañeros o profesores de escuela se encargaron de coartarnos la libertad de expresión en otro idioma por las burlas ante la fonética o la dicción, dando paso a las “taras“ que hoy en día se hacen difíciles de olvidar.
El problema a este punto es que, para algunos de nosotros desde pequeños, nuestros propios compañeros o profesores de escuela se encargaron de coartarnos la libertad de expresión en otro idioma por las burlas ante la fonética o la dicción, dando paso a las “taras“ que hoy en día se hacen difíciles de olvidar.
Pero, día a día me
pregunto, cuántas veces he visto a un norteamericano o a un europeo que se ha
dejado amedrentar por el mismo hecho? y considero que la respuesta es prácticamente,
a ninguno! Entonces, qué sucede con muchos de nosotros? pues que nos grabaron
en el disco duro una frase que nos ha estado causando mucho daño durante largo
tiempo y es aquella de “no deber hacer
perder el tiempo a los demás“, y lo peor de todo es que algunas personas en
otros países receptores malinterpretaron nuestra gentileza y consideración y
esperan que los latinoamericanos nos ciñamos a sus reglas comunicativas así,
sin más ni más.
Por eso, a partir de hoy debe quedar claro que es necesario romper ese círculo vicioso muy a pesar de que también con ello los locales nos están dando a entender que nos consideran competitivos y dignos de confrontar y que por lo menos no entramos dentro de la lista de los migrantes que los receptores consideran que “es mejor dejar así pues no les van a entender“. Así que la próxima vez que quieras hablar en otro idioma, hazlo con mayor libertad, tómate tu tiempo y ya verás que fluirá!
Por eso, a partir de hoy debe quedar claro que es necesario romper ese círculo vicioso muy a pesar de que también con ello los locales nos están dando a entender que nos consideran competitivos y dignos de confrontar y que por lo menos no entramos dentro de la lista de los migrantes que los receptores consideran que “es mejor dejar así pues no les van a entender“. Así que la próxima vez que quieras hablar en otro idioma, hazlo con mayor libertad, tómate tu tiempo y ya verás que fluirá!
Te propongo un juego,
cambia tu habilidad de hablar perfectamente en otra lengua por la habilidad de
poderse expresar aún cuando sepas que te puedes equivocar, este juego tiene un
soporte científico que consiste en observar cómo aprenden los niños a hablar en
diferentes idiomas y está corroborado que lo hacen intentando llevar palabras
de un idioma a otro, jugando con ellas, asociándolas, escuchándolas y
reutilizándolas una y otra vez. Los
niños no temen hablar en diversos idiomas, hacen sus propias palabras y reglas
y construyen su propia gramática en principio sin temor al que dirán.
El hablar una
lengua, al igual que otros miedos que conviven en cada uno de nosotros son
aprendidos; le tememos a la oscuridad, a perdernos, a enfermarnos, a la muerte,
a no superar una caída, al qué dirán y mil cosas más. Has visto por casualidad
el film “la vida es bella”? no crees que de eso se trata la mayor parte de las
cosas, de cómo las vemos? Ten presente que como migrante, debes aprovechar para
bien y con mayor tranquilidad el inmenso estado de libertad que has adquirido
con este cambio existencial.
Desde mi propia
experiencia me ocurrió que mientras aprendía a leer los códigos de comunicación
de mi nuevo país la primera vez que migré, llegué a temer tomar el tren
equivocado o tropezar con alguien que quisiera tan solo conversar, desarrollé
algo muy parecido a una agorafobia, que
es el temor a estar en espacios abiertos que se podían salir de mi control, con
ello, terminé por optar en realizar únicamente las diligencias que me obligaban
a desplazarme hacia un lugar especifico y nada más, me dolía el estómago cada
vez que alguien se detenía para preguntarme algo o yo por fuerza debía hacer
una pregunta a los demás.
Esta situación me tomó un par de meses hasta que tuve que aprender a comenzar a comprar en los mercados, a transportarme en el tren, a congeniar con los vecinos, y a este punto si te preguntas por mi parte laboral, entonces déjame felicitarte si tú lo lograste desde un comienzo, a mí me costó un buen tiempo entrar en ese círculo, pero sí, tienes razón, en ese nuevo espacio, ni que nos dé de que hablar.
Esta situación me tomó un par de meses hasta que tuve que aprender a comenzar a comprar en los mercados, a transportarme en el tren, a congeniar con los vecinos, y a este punto si te preguntas por mi parte laboral, entonces déjame felicitarte si tú lo lograste desde un comienzo, a mí me costó un buen tiempo entrar en ese círculo, pero sí, tienes razón, en ese nuevo espacio, ni que nos dé de que hablar.
Con lo anterior,
hago mención a la necesidad de hacerle ver a los que apenas están pensando en
migrar o los que ya lo hicimos y llegamos a pasar por esa situación, que en nosotros
está el ayudar a los recién llegados a superar prontamente dicho momento.
Mientras mas tiempo nos tome confrontar la situación, más rápido se presentarán
otros mecanismos de defensa, las enfermedades colaterales, el
desabastecimiento, la depresión y los deseos por regresar.
Al igual que mi
agorafobia, muchos otros migrantes han mencionado también otra serie de
sintomatologías relacionadas con su proceso migratorio como son la migraña, el dolor abdominal, el dolor en
las articulaciones, el insomnio, la
depresión, la nostalgia, la desilusión, la rabia y un sin fin de patologías
que si has tú llegado a experimentar, las debes comenzar a trabajar, no olvides
que tú mismo eres tu mejor médico pero que al recurrir a un profesión de la
salud, él mismo debería hacerte referencia a las posibles implicaciones
fisiológicas y psicológicas que estas situaciones tienen con tu proceso
migratorio y con ello no me refiero solo al proceso que pudo acurrirte tan sólo
durante los primeros tres meses del proceso, también hago alusión a
sintomatologías que pueden presentarse u
ocurrir ante una nueva posibilidad laborar, un problema de pareja, unos
hijos en edad adolescente, una separación, un duelo, un retorno forzado o no, los ciclos vitales del ser humano en
los migrantes pueden afectar aún más y en cada una de estas situaciones es
posible que te encuentres poniendo a prueba nuevamente tu proceso de
integración y readaptación.
Entonces, aquí lo
importante es ser consciente de la posible relación que pueda tener una
enfermedad con el proceso migratorio, se debe intentar trabajarlo, compartirlo
y hablarlo. Esa sí es, déjame decirte, una muy buena habilidad de los latinoamericanos,
nosotros “compartimos” y como en las matemáticas, dividir implica sustraerle a
la unidad, los latinos sabemos transmitir y sobretodo escuchar, aprovecha esa
gran habilidad y te darás cuenta que no estás sólo, que como tú y como yo,
somos muchos los que decidimos tomar el camino de la migración y que al buscar
apoyo encontraremos que las afecciones fisiológicas y psicológicas son más
tolerables y que tienen mayor capacidad de intervención.
+Mónica Riveros
+Mónica Riveros