Hoy no puedo ser ajena a una realidad que nos toca a todos y es la
relacionada con el tema de la “Libertad“. Libertad que vista desde nuestra
perspectiva y que como lo había mencionado ya varias veces antes, no todo lo
que nos compete como migrantes es dificil o complicado pues como lo leí alguna
vez en alguna parte “Al ser migrante somos personas libres pues nuestra casa es
el mundo entero“.
Como migrante desarrollamos la capacidad de pensar de forma crítica sin
generar conclusiones sin fundamento y aprendemos de cada cosa que nos ofrece el
entorno gracias a la posibilidad que conlleva el conocer diferentes escenarios,
culturas y maneras de resolver problemas.
Al habernos convertido en migrantes, sin saberlo nos hemos vuelto más
humanos, más generosos y más sensibles; como migrantes nuestra inteligencia
social ha pasado a ocupar un puesto primordial en nuestras interrelaciones, en
la consecusión de nuestros objetivos y en la obtención de nuestro propio
bienestar subjetivo.
Al ser migrantes intentamos ser leales y justos con nuestros
principios, con los nuestros y con los otros ya que la vida nos ha enseñado a
forjar nuestra templanza, prudencia y humildad como a ningún otro.
El conflicto se presenta cuando sin quererlo, nuestra valentía y
nuestro liderazgo nos llevan a formar filas en un intento por ayudar a combatir
la injusticia que en contra de con quienes nos sentimos identificados se están
cometiendo, es así como nos afecta sin quererlo la situación por la cual están
atravesando algunas de nuestras naciones y compatriotas mas cercanos o por
ejemplo la vulneración de los derechos a las cuales se ven sometidas otras
personas que están migrando o a las cuales se les maltrata por el simple hecho
de ser mujeres, o por opinar o sentir diferente.
Nuestra cercanía de género, cultura y territorio entre otros, nos ha llevado a comprender que no podemos serles ajenos. Yo por ejemplo desde hace quince días tengo este tema dándome vueltas en la cabeza e incluso era algo dificil subir una entrega relacionada con la comunicación intercutural cuando el tema que realmente nos competía a todos era el de promover el derecho a la “libertad“ en cada uno de nuestros pueblos, de nuestra gente, ya fuesen mujeres, hombres o niños. Libertad entendida como la posibilidad de llevar a cabo acciones que estén sujetas solo a nuestra propia voluntad y no a la voluntad de otros de forma coercitiva.
“Libertad“ individual que ha sido muchas veces vulnerada y no protegida
incluso por nuestros propios Estados. Desde aquí, mi lugar actual de
residencia, puedo entender muchas cosas y al mismo tiempo puedo agradecer el
haber nacido en una Nación y un territorio que me dio la posibilidad de
forjarme una personalidad única y a la vez no definida y determinada por la
colectividad, yo no “soy“ por el hecho
de profesar una religión, no “soy“ por el hecho de habitar en un territorio
específico y no “soy“ por el hecho de encontrarme regida bajo algunos preceptos
morales determinados por una cultura a la que pertenezco actualmente o a la que
pertenecí en su momento, Soy por los valores que me fueron inculcados, por la
moral que me rijo y por los principios de libertad y respeto que hacia mi misma
y hacia otros profeso.
Soy y hoy en día como migrante me defino como una persona libre de ataduras y de algunos principios viciados o estereotipados sin sentido porque con cada migración que he llevado a cabo me he dado cuenta del sin sentido que tiene la xenofobia, el racismo, la discriminación de género, política o religiosa.
La capacidad de elegir es lo que nos hace libres, prudentes,
optimistas, esperanzadores, creativos y felices. Entonces yo me pregunto: ¿Por
qué aún en el planeta existen cosmovisiones, gobiernos, personas, fronteras y documentos que
no nos lo permiten?
+Mónica Riveros
www.online-psicoterapia.com
@psico_migrante
Latinoamericanos en Europa
+Mónica Riveros
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