miércoles, 23 de agosto de 2017

Lo que nosotros podemos hacer por otros en situación de emergencias

En los últimos días han ocurrido una serie de acontecimientos que nos ha tocado vivir, bien personalmente o a través de los medios de comunicación; eventos que se hayan relacionados con atentados terroristas de toda índole y donde han fallecido o han sido heridas o afectadas tantas personas de diferentes nacionalidades como nosotros.

Debido a estas situaciones, quiero hoy compartir con ustedes algunas parámetros de apoyo que he aprendido en la escuela o en las experiencias que he debido sortear en este ámbito también, para que quizás un día puedas recordar rápidamente estas letras y puedas ayudar a otros en una situación difícil de la mejor manera si tienes el infortunio de estar cerca en una de ellas o la fortuna de poder colaborar de primera mano en el apoyo a los afectados de cualquier evento de carácter natural o provocado por el hombre.


En general una emergencia altera el estado de equilibrio de las personas, lo cual provoca confusión y pánico, debemos observar la magnitud de la situación para saber como proceder teniendo en cuenta el riesgo y la vulnerabilidad de las personas evitando así añadir daños secundarios.

Si nosotros estamos en capacidad de podernos aproximar rápidamente, ayudar a clarificarles con palabras simples lo ocurrido y logramos realizar una primera evaluación de la persona afectada que tenemos en frente, habremos logrado un enorme paso de ayuda hacia su futura recuperación.

Debemos observar si el afectado logra tener un discurso coherente, el grado de confusión, su estado emocional y si tiene alguna necesidad médica, igualmente si ha tenido familiares involucrados y dónde se puede reunir con ellos.


En un primer momento y mientras llegan los cuerpos de socorro, podemos dar nuestro apoyo escuchando, informando, trasmitiendo seguridad y confianza y estabilizando a las víctimas. No permitamos que otros aprovechen la ocasión para realizar trasmisiones, registros o tomar fotografías (Si hay algo que las personas afectadas necesitan es respeto y privacidad en principio).

Recordemos igualmente que no se trata de hacerse el psicólogo o el médico, no debemos en principio entrar a dar consejos, o dar soluciones facilistas, ni debemos hablar demasiado. Si podemos mejor decirles quienes somos o como nos llamamos, tener en cuenta la edad de la persona que tenemos en frente y sus necesidades, al ayudar a un niño, por ejemplo, no debemos dejarlo solo en ningún momento hasta entregarlo a la persona más idónea para ayudarle o a un familiar cercano, a ellos hay que escucharles, observarles atentamente y responderles según el grado de abstracción sobre el evento que su edad les pueda permitir hacerles.


Con los adolescentes, buscar reunirlo con sus pares o familiares a la mayor brevedad posible, dándoles la información adecuada y necesaria para su edad y con un adulto o a una persona de la tercera edad o un discapacitado es necesario observar si tienen algún tipo de necesidad en particular como por ejemplo, el uso de aparatos auditivos, gafas o bastones.

Pon atención de igual manera, quizás hay alguien que habla tu misma lengua y no hay quien pueda prestarle efectivamente los primeros auxilios psicológicos, quizás en un primer momento hasta tú puedas servir de intérprete.

Recuerda, las personas necesitan ser respetadas, no toques, no seas invasivo, usa un tono de voz adecuado, trata de estar sereno, controla tus gestos, piensa bien lo que estás diciendo, genera confianza y exprésate con precisión según la capacidad de comprensión de tu interlocutor.


Después del evento donde hayas intervenido, busca tú también apoyo, acude a la Cruz Roja, sabrán como evaluarte pues aún cuando no hayas salido herido puede que hayas sido afectado emocionalmente, no lo dejes para más tarde especialmente si ves que tu comportamiento habitual cambia. Habla sobre el asunto y tómate tu tiempo.

Hasta pronto y espero esta información haya sido de tu interés.

+Mónica Riveros
www.online-psicoterapia.com