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viernes, 13 de mayo de 2016

Un nuevo comienzo

Esta entrega habla de muchos nuevos cambios que vienen en camino a partir del mes de junio, cambio de país,  idioma, cultura, territorio, gastronomía, sueños, proyectos e ilusiones. Durante estos últimos 4 meses he estado alejada del blog y de mi trabajo clínico pero un poco más cerca de la familia de origen de forma presencial, de mi esposo y de mis hijos.

El sistema local de acceso a internet bloqueó las llamadas por medios como skype o whatsapp y facebook se puso a la orden del día para debilitar mi estrategia de poder llegar a cada uno de ustedes y en resumen eso me aisló de mi país de origen, mis pacientes, amigos y conocidos de una forma muy inusual, aún cuando tuve la fortuna de poder compartir un hermoso viaje al Sahara con mi hermana, hecho que ayudo a amortiguar esta incomunicación con el resto de la humanidad. Todo lo acaecido, a la vez me dio un poco de tiempo también para reflexionar sobre los cambios que me depara el futuro.

Cuando escribí estas letras me encontraba en un ferry camino a Barcelona y llevaba ya 24 horas en él, divisando mar y más mar, pensando en los cientos de migrantes que a su vez están intentando llevar a cabo la misma ruta en busca de un futuro mejor y más seguro para ellos y sus familias, lo que me causó y me causa mucha nostalgia observar.


Al momento de escribir estas líneas estaba a un día de cumplir un año más de vida y hoy a un mes de regresar a Europa luego de vivir cuatro largos años en África del norte en un país que me dio la posibilidad de conocer otra cultura, otra religión, otras perspectivas de vida y de hecho me enseño a valorar aún más el camino que nos hemos ido forjando las mujeres en otras latitudes también.


En un mes regreso a "casa", a mi segundo hogar, ese que se haya incrustado en medio de los Alpes, ese hermoso y diminuto país que huele a campo, a queso y a chocolate, a gente humilde y sabia que suele presentarse como imparcial y abanderada de tantas causas.

Yo sé que no será fácil, los caminos se angostan, las leyes se ponen cada día más rígidas y aún los que ya llevábamos allí varios años tenemos que entrar de nuevo a concursar para homologar títulos profesionales o para entrar en el mercado laboral.

Mis hijos tendrán que adaptarse a una nueva lengua, a una nueva cultura, tendrán que hacer nuevos amigos y si yo veo su fortaleza puedo decirles a ustedes cuanto los admiro en estos momentos de cambio que estamos por vivir.


Los admiro pues sé lo que significa que el otro te observe con ojos de extrañeza, que incluso llegue a pensar que tienes algún tipo de tara por no saber hablar su lengua o comportarte como lo esperan los demás.. el camino será largo y duro al principio pero lo repito, no nos podemos quejar, no nos encontramos al punto de la balsa, la deportación o todas esas cosas tristes que son hoy en día, una realidad.

Hoy veo en mis hijos y porque no decirlo en mí misma tantos aprendizajes, tantos recuerdos, tantas aventuras que se sumergieron entre el español, el alemán, el francés, el catolicismo, el protestantismo y la religión musulmán; entre la costa caribeña, la cordillera de los Andes, los Alpes Suizos y el alto Atlas  y que a pesar de los momentos difíciles y algunas noches de soledad se puede también ver o concluir que es mucho lo que se pudo aprender, que hay muchas personas de buen corazón dispuestas a hacer de este mundo un sitio mejor.

En uno aprendieron y aprendí el respeto por la familia, en el otro por la naturaleza y la sociedad y de alguna manera en el tercero aprendimos a valorar hasta nuestra propia religión. 


Hoy se debe partir, dejar de nuevo un camino construido lleno de alegrías y amistades, principalmente para mis hijos y mi esposo porque a mí la vida me enseño desde pequeña que cada cambio debe impedir que las relaciones desaparezcan, debe impedir que dejes de ser, que tu autoestima se vea desquebrajada o que te sientas sin fuerza por un nuevo comenzar.

Ser migrante significa tener la capacidad de confiar en sí mismo, en los propios valores y herramientas con las cuales se cuenta, es estar dispuesto a enfrentar nuevos retos, nueva gente, nuevos pensamientos y eso es lo que nos lleva a crear, a ser proactivos, independientes, fuertes, comprometidos y en resumen estar siempre un paso más allá.

A punto de tomar mi equipaje de nuevo en compañía de mi familia y agradeciendo a Dios y a este país todo lo bueno que de él y su gente pude conocer, me despido hasta la próxima oportunidad.

lunes, 14 de septiembre de 2015

La Persistencia

Ante todo mil disculpas por el abandono en el que he tenido el blog desde el mes de abril pero para ser sincera, una de las fortalezas de la virtud del "coraje" que es la "persistencia", me ha mantenido alejada por un tiempo largo de nuestro espacio de diálogo.
  
Como profesional en el área de la psicología, las circunstancias de la vida hicieron que un desastre acaecido a finales del primer trimestre del año en suelo europeo alternara el rumbo de mi área profesional con otro campo que es de mi conocimiento y experticia, el de la psicología de emergencias.

Allí tuve el deber y el privilegio por tres meses de lograr a cabalidad la tarea que me fue encomendada como lo mencionó mi jefe de misión, de llevar "un momento de paz" a los familiares de los fallecidos en uno de los tantos accidente que desafortunadamente están ocurriendo en nuestro planeta últimamente. Al finalizar con este deber quise entonces hacer un intento por regresar a mis actividades cotidianas en el tema migratorio, pero aún así, la vida nuevamente me trazo un nuevo reto, ya que cuando me disponía a retornar a mis actividades terapéuticas, una vez más, ella, la vida, me ofreció otra lección de templanza, al tenerme que llenar de paciencia, fortaleza y nuevamente "persistencia" al enfrentar una cirugía de la cual me encuentro a punto de superar solo hasta ahora, el tiempo de convalecencia.


Así pues, las enseñanzas de los últimos casi seis meses fueron muy enriquecedoras, ya que me hicieron recordar lo que era trabajar o recuperarse principalmente con la fortaleza definida como "persistencia", persistencia en llevar a cabo una acción basada en una meta específica de forma voluntaria y llena de fuerza de carácter, superando cuantos obstáculos fuesen necesarios (barreras idiomáticas, diferencia de conceptos o cansancio en extremo) y cuantos sentimientos llegasen a embargar mi mente, mi cuerpo o mis emociones (tristeza, desesperanza, malestar, rabia y desolación, entre otras) pero con la firme convicción de conseguir finalmente los objetivos propuestos.


Y es esta "persistencia" la que quiero recordar hoy, pues como migrantes nos vemos avocados a desarrollarla día tras día, bien con el ánimo de generarnos un espacio vital que cubra todas nuestras necesidades básicas (abrigo, alimentación, salud, empleo), bien para poder entreteger una red social que nos permita formar parte de un entorno cercano y de primera mano conformado por personas que puedan entendernos, escucharnos y hasta ayudarnos en caso dado; pesistencia para lograr expresarnos satisfactoriamente en otro idioma o para lograr el reconocimiento o el aporte que queremos hacer a la humanidad de forma tan anhelada como seres humanos.

Esta persistencia a veces se nutre de condiciones externas como la necesidad de ayudar a otros y algunas veces se abastece de condiciones internas como el deseo de reponerse física o mentalmente al 100% de las vicisitudes a las que nos vemos expuestos. Esa misma persistencia, puede ser también global o estable, como el intento que llevamos a cabo día a día por hechar raíces definitivas en ese nuevo territorio que alguna vez nos fue totalmente desconocido y que hoy casi que podríamos definir como nuestro nuevo espacio de vida, o bien puede ser definida esa persistencia como circunstancial o específica al buscar dar lo mejor de nosotros mismos ante una meta específica como es la de llevar alivio a otros o poder protegernos a nosotros mismos.


Finalmente, persistir no implica buscar la perfección sino proporcionar lo mejor de sí mismos reconociendo nuestros límites y capacidades, pero enfocados en cumplir de la mejor manera nuestro cometido con sabiduría y conocimiento, entonces mi reflexión de hoy me lleva a preguntarte si ¿te has felicitado o te has detenido a pensar alguna vez, por o en, lo gran persistente que has sido contigo mismo y con tus metas?

Si no, te invito a que lo hagas, te felicites y te reconozcas por todo lo que has logrado y todo el deber que contigo mismo has cumplido.


Hasta la próxima.