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jueves, 26 de marzo de 2015

La felicidad

Un tema que ha sido motivo de consulta de varios de mis pacientes últimamente ha tenido una relación entrañable con un término que a los migrantes muchas veces sentimos que se nos convierte en ajeno y es el tema de la ¨felicidad¨, felicidad que ya de hecho viene impronta en nuestro código genético en gran medida y la que también se ve afectada muy regularmente por las circunstancias y por nuestra capacidad emocional y racional de asumirla, me explico:

La felicidad como rasgo de personalidad en el ser humano está basada en la forma en que desde nuestros ancestros se nos ha enseñado a calcularla de manera subjetiva, midiendo los logros según lo que se ha deseado y según lo que se ha logrado en la vida de acuerdo a nuestros propios ideales en relación con nosotros mismos y en confrontación con la de los otros.
La felicidad mejora nuestra auto-aceptación, crecimiento y proyección de vida, y aún, cuando es innegable que traemos una carga genética que puede predisponernos a obtener un grado determinado de felicidad, también es cierto que los escenarios circunstanciales y principalmente nuestra voluntad son los encargados de dar el mayor grado de percepción sobre esta felicidad y la satisfacción que ella puede proporcionarnos.

La felicidad como estado nos ayuda a interpretarnos de manera más positiva tanto a nosotros mismos como a nuestro entorno en el día a día conllevando la posibilidad de mejorar nuestras relaciones interpersonales de una manera estable en el tiempo por empatía con los otros, con el medio y con las circunstancias. La felicidad nos hace más proactivos, creativos, ingeniosos y competitivos logrando mejorar nuestra capacidad de disfrutar las situaciones de la vida.
La felicidad está enmarcada como una riqueza psicológica de actitud positiva, redes sociales y valores espirituales que han generado en nuestras vidas un sin fin de momentos placenteros que nos permiten pertenecer, proteger, ser protegidos y reconocidos por diferentes grupos a los cuales pertenecemos; felicidad que si hemos aprovechado habrá fortificado nuestra propia identidad y autoestima.

La felicidad se convierte en un espiral positivo que nos permite ser más competentes, autónomos y sociables, conllevando siempre la posibilidad de afrontar nuevos y más altos desafíos ante el placer y la gratificación que hayamos decidido percibir de forma autentica de nuestras vivencias adquiridas ya sea dentro de una vida agradable, una vida buena o una vida con sentido

Vivir y amar lo que se hace nos permite redescubrirnos día a día, nos hace más conscientes de nosotros mismos y nos mantiene en un constante redefinir constructivo sobre cada cosa que nos rodea. Así pues, es y será feliz quien vive con voluntad y moral proactiva todas sus acciones de manera justa, amorosa y comprometida, provocando que tanto sus emociones como sus pensamientos sean los encargados de redireccionar a satisfacción lo que se obtiene y obtendrá con respecto a su propia existencia y destino y con ello quiero decir que no hay nada más cierto que aquello de que ¨la capacidad de ser y estar feliz está en tu propia mente, tus pensamientos, emociones, sentimientos y acciones¨.
Sin otro particular por hoy, me despido hasta la entrega del próximo mes deseándoles unas felices pascuas.

Y para aquellos que aún siguen pensando si asistir, aquí les dejo de nuevo la información de este evento en el Sahara de Marruecos:




+Mónica Riveros
www.online-psicoterapia.com
@Psico_Migrante
Créditos de fotos http://www.morguefile.com/archive

martes, 27 de enero de 2015

La creatividad

Ante todo quiero desearles un próspero y feliz 2015 y quiero luego comenzar el año escribiendo sobre un tema que con la experiencia del ser migrante se convierte en una ventaja competitiva para cada uno de nosotros, independientemente del escenario en el cual nos haya tocado establecernos, vivir, convivir y trabajar y es la posibilidad de desarrollar nuestra creatividad basados en la experiencia que hemos acumulado en nuestros años de cambio.

Que es lo que trato de insinuar, pues que al ser migrante, la vida misma nos está regalando la posibilidad de adquirir conocimiento y vivencias en ciertos campos, esta adquisición nos permite luego unir las piezas necesarias para desarrollar nuevos productos, servicios o redes, logrando resolver los problemas cotidianos de una manera más original y vanguardista.


El ser migrantes nos permite poder ver las cosas y las situaciones desde diversos puntos de vista, dando el valor apropiado a cada momento, así podemos crear avances en muchos sectores basados en un estilo propio y futurista que nos lleva más allá del cotidiano devenir de la sociedad de acogida o de origen, debido a que estas sociedades están inmersas continuamente en su propia rutina.

Las oportunidades están allí al alcance de la mano, nuestra experiencia nos permite ser originales, mucho más sensibles y flexibles y nuestra valentía nos ayudará a soportar el riesgo. No debemos temer al hecho de generar ideas, dar rienda suelta a nuestra curiosidad y deseo, por lo tanto, debemos tener confianza en nuestra propia intuición y en nuestras diferentes motivaciones porque muy seguramente ellas están basadas en todo lo que durante los últimos años hemos aprendido.


Tomemos lo mejor de cada entorno, fomentemos los recursos personales y sociales, determinemos cuales son nuestras habilidades personales, investiguemos, desarrollemos, ensamblemos ideas, hagamos propuestas y ante todo seamos perseverantes de manera optimista, generando puentes de comunicación con las personas que puedan ayudarnos a desarrollar nuestras ideas, generando confianza y forjándonos día a día como un líderes, tratando continuamente de influenciar a los demás de manera positiva, porque si generamos un entorno adecuado el terreno estará dado para sembrar, producir y sacar dividendos más adelante.

Aprendamos a tomar decisiones, a negociar, a planificar y a trabajar en equipo, tomemos la iniciativa pero sobretodo no olvidemos ser siempre independientes y tomar las cosas como se vayan dando de la manera más resiliente posible.


El ser migrantes, es una escuela que no es gratuita y donde muchas veces se aprende a la fuerza pero aún siendo la mejor escuela de todas, depende definitivamente de cada uno de nosotros cuanto queramos aprovechar ese conocimiento y ponerlo en pro de nuestro propio bienestar y el de nuestras familias.

Hasta la próxima entrega y quedo al tanto de todos sus comentarios.

Céditos de las fotografías imcreator.com 


+Mónica Riveros
www.online-psicoterapia.com
@Psico_Migrante